Atrévete a conocer tu sexualidad
Por Edna Rosario
¿De dónde vienen los bebés? ¿Cómo hablar con mis hijos o alumnos sobre sexualidad? ¿Qué son los sueños húmedos? ¿Es malo masturbarse? ¿Qué método anticonceptivo es el mejor? ¿Cómo expresar que soy gay o lesbiana en casa? ¿Cómo puedo complacer a mi pareja o comprobar que nuestras relaciones sexuales son satisfactorias? Si soy adulta/adulto mayor, ¿puedo seguir teniendo relaciones sexuales?, entre otras, han sido preguntas frecuentes, que van limitando el hecho de que nuestra historia y desarrollo sexual se conozca, viva y disfrute de manera saludable.
Incluso, decir “disfrutar mi sexualidad”, puede implicar un conflicto cuando dista de lo que los demás esperan y desean al compartirse.
Desde pequeños vamos creciendo con una historia sexual acompañada de represiones y tabúes que no hacen más que alimentar acciones y decisiones que pueden exponernos a experiencias riesgosas (como encuentros sexuales desagradables, infecciones de transmisión sexual, por mencionar algunas), resultados de la ignorancia y el miedo para preguntar o acercarnos a algún profesional para resolver nuestras inquietudes.
Pareciera que esto tiene una solución fácil cuando crees que recurrir a las redes sociales o páginas que arrojan una gran cantidad de resultados a tus posibles preguntas podría ser la mejor opción, sin embargo, la realidad es que muchas veces terminas más confundido o conflictuado porque desconoces cuáles son las fuentes correctas para responder lo que estás buscando, porque seleccionas al azar o porque consideras que los primeros resultados son los de mayor credibilidad.
La actividad sexual actualmente tiene un amplio significado; justo en este momento estás ejerciendo parte de tu sexualidad: en tu postura, tus pensamientos, tus ideas, acciones, o todas esas fantasías que han permanecido latentes, en gran medida por los prejuicios o todo lo contrario, porque las ejerces con actividades que pueden atentar contra tu salud y/o la de los demás.
Para ello, te invito a cuestionarte: ¿estás de acuerdo con la forma en que ejerces tu sexualidad? ¿Conoces tus derechos sexuales? ¿Identificas los riesgos a los que puedes exponerte en el ejercicio de tu sexualidad? ¿Qué tan de acuerdo estás con comenzar a tomar decisiones más sanas que contribuyan a que tu vida sexual sea verdaderamente disfrutable?
Así como tú, todos hemos pasado por alguna etapa en la que tuvimos dudas sobre nuestro cuerpo, nuestras fantasías, nuestros deseos, o miedos por el solo hecho de escuchar o hablar sobre sexo, erotismo, placer o necesidades sexuales.
Algunos más limitan, cancelan o temen abordar la sexualidad, o dan por hecho que la escuela, los amigos, las redes sociales o en algún momento en pareja se explicarán, generando en realidad incertidumbre.
Si bien es cierto que ahora muchos espacios en el contexto educativo y social, tienen la apertura y flexibilidad para promover intervenciones oportunas y preventivas, en el terreno particular hay quienes, independientemente de su ocupación o rol social, mantienen al margen sus opiniones o dudas al respecto.
Considera ahora que, respetando tu ideología, género o contexto social, tienes la posibilidad de encontrar respuesta, de sentirte con la libertad de expresarte, de tener la seguridad de que cada tema que quieras abordar o escuchar será libre de prejuicios o de etiquetas, iniciando por acercarte a quienes podemos acompañarte, no solo a resolver tus inquietudes en torno a tu sexualidad, sino a atreverte a aprender, a compartir y a hacer un encuentro placentero y respetuoso.
Este puede ser no solo el inicio de un proceso saludable, sino de un proceso que te lleve a conocerte, a responder tus dudas, y a despertar otras inquietudes con la plena certeza de que serán atendidas.
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